Por una humanidad más respetuosa

La conmemoración del Día Internacional de las Poblaciones Indígenas invita a reflexionar sobre la importancia que su cultura y tradiciones representan para el mundo. Esparcidos por diferentes regiones del planeta, sus ancestros dejaron valiosos legados milenarios que en la actualidad, sus descendientes, defienden con orgullo, al mismo tiempo que reclaman por sus derechos, históricamente vulnerados.

Estas comunidades se caracterizan, entre otros rasgos únicos, por valorizar sus costumbres. Para ellos, no hay nada más importante que relacionarse de forma respetuosa con su entorno, ya sea con sus pares o con la naturaleza, sobre todo. Sus valores sociales y morales son muy diferentes a los de la sociedad moderna globalizada. Sin embargo, sus derechos suelen ser vapuleados. A lo largo de la historia han sido víctimas de los atropellos despiadados de sus colonizadores, cuyo origen se suponía que provenía de civilizaciones más avanzadas.

Hoy conforman una población de aproximadamente unas 370 millones de personas (el cinco por ciento de los habitantes totales de la Tierra), distribuidas en más de cinco mil grupos diferentes a lo largo y ancho de noventa países, en donde padecen discriminación e intolerancia siendo de las comunidades étnicas más desfavorecidas, pobres y vulnerables. Por eso los líderes internacionales reconocen, año tras año, que se necesitan medidas especiales y urgentes para proteger sus derechos y sus formas de vida. Así como cada una de sus lenguas originarias, que les asegura la manera de comunicarse, de generación en generación desde hace miles de años. Aunque se estima que cada dos semanas desaparece un idioma indígena, algo que atenta directamente con su supervivencia y los pone seriamente en peligro.

“Los pueblos indígenas están cada vez más expuestos a las migraciones forzadas, que a menudo son el resultado de desastres ecológicos o conflictos sociales y políticos. Son expulsados de sus territorios, y ven que sus estilos de vida y culturas se desintegran y, con frecuencia, las perspectivas de retorno se desvanecen. En esta fecha, reafirmamos nuestra total adhesión a la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, aprobada en 2007, y hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que se movilice a fin de garantizar su pleno respeto de la dignidad, su bienestar y sus libertades fundamentales”, expresa con firmeza Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO.

Como un grito de justicia, que proviene de los más profundo de sus entrañas, los indígenas piden ser honrados y respetados, para ser incluidos definitivamente en el tejido social que integran las distintas naciones en donde habitan, y en las que pretenden que se los trate con respeto, el mismo que vienen demandando desde siempre.

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